En la cueva ecuatoriana, las comidas ofrecidas en la oscuridad por los ciegos

Grupos de familias y parejas de jóvenes se acercan a las afueras de la ciudad de Quito, Ecuador, en busca de una aventura en una cueva oscura, con el fin de obtener una experiencia imborrable, comúnmente conocida como una comida en la oscuridad.

Camareros ciegos que guían  los visitantes a sus respectivas mesas y les ofrecen zumos de frutas picantes y deleitosos platos, como verduras caramelizadas y exquisitos  plátanos fritos dulces. El propietario asegura que estos alimentos son aún más deliciosos si el comensal no puede ver qué esta ingiriendo.

Comidas en absoluta oscuridad

Rafael Wild, un ecuatoriano que administro un restaurante italiano en Suiza durante varios años, creo La Cueva de Rafa. Al regresar a la capital ecuatoriana, empezó un largo viaje, del cual no sabía que se convertiría en un gran éxito. Lo que comenzó como un pasatiempo al construir una cueva, lo llevo a abrir un restaurante en el interior, nada más y nada menos que dirigido por personas ciegas que sirven comidas en plena oscuridad.

Es un tipo de concepto que se ven en ciudades como París y Barcelona, y hasta en los Estados Unidos. Siendo este de Quito el primer y único restaurante que sirve comida en oscuridad de toda Latinoamérica, sacando algunos eventos emergentes en diferentes ocasiones.

Rafa se inspira en su niñez en Ecuador, la cual pasó en gran manera viviendo muchas experiencias al aire libre, incluyendo en las cuevas cercanas.

“Me gustaba explorar en la oscuridad”

¡Una maravilla! Este restaurante logra brindar empleo a los ciegos, promulgando conciencia a sus luchas diarias, además de ofrecer una única experiencia culinaria.

La experiencia comienza pasando por un túnel angosto e iluminado tenuemente. Al estar dentro de La Cueva de Rafa, los servidores solicitan a los comensales que coloquen una mano sobre su hombro para que puedan guiarlos en medio de la turbia cueva hasta las mesas a ocupar. Lo más probable es que los invitados se muevan torpemente en la oscuridad mientras que los camareros avanzan firmemente por todo el camino. Es demás decir, que  muchos de estos camareros han estado ciegos desde su niñez.

Un analista ciego del ministerio de Comercio Exterior, llamado Gabriel Bolaños, atiende las mesas los fines de semana en este tan espléndido restaurante, dio a los comensales dos opciones que incluían dos ricas opciones, una carta que contenía platos como lasaña y bistec de verduras, y un plato sorpresa. Este plato sorpresa contenía un jugo dulce y ligeramente ácido, junto con tortillas hechas con quínoa y puré de papas.

Ante tal propuesta los invitados se reían con sus amigos, decidiendo si tomar este plato con una comida que ni siquiera podían ver, aunque otros no podían soportar la oscuridad.

Empatía con los ciegos

El arquitecto Fernando Bucheli, dijo que se sintió claustrofóbico, y que la angustia siguió empeorando, solo pudo durar 5 minutos y se fue, muy nervioso ya que no podía tener encendido los teléfonos celulares y los relojes que emiten luz.

Con La Cueva de Rafa, Wild muestra a las personas cómo es la vida para aquellos que no pueden ver, declarando que como ya tenía cueva, tomó la decisión de utilizarla para lograr desarrollar en la sociedad una empatía con los ciegos.

“Fue una experiencia inolvidable” fueron las declaraciones de Javier Madera y Gabriela Monroy, quienes luego de superar una ansiedad inicial, disfrutaron una comida memorable. Lugar que permitió la revelación de amor de Javier a Gabriela, diciéndole por primera vez que la ama.

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